La comida buenísima. Lo mejor la carne a la brasa de encina, espectacular, especialmente sabrosa la ternera con DO. Los postres caseros también, una buena manera de cerrar una comida copiosa. El trato por parte de los dueños inmejorable, muy atentos y simpáticos. Nos contaron su historia y por qué están allí...muy recomendable ir a visitarlos!!! ;-)
Un sitio muy agradable que además viene muy bien si estás haciendo la ruta de pueblos amarillos, rojos y negros de Segovia. Croquetas de rabo de toro muy sabrosas. Por ponerle una pega, los torreznos son mejorables, pero la carne está muy bien y el postre de galletas María de la abuela estaba espectacular.
Hemos comido estupendamente, menú casero, todo hecho a la lumbre, platos castellanos tradicionales, pero también otras opciones, todo con detalle y buen género. Precio razonable, local limpio con pared de pizarra y chimenea. Los dueños son atentísimos. Volveremos.
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