Una cafetería que, a simple vista, puede no parecer nada del otro mundo, más que nada por la calle en la que está. Sin embargo, nada más entrar por la puerta te recoge un local muy acogedor y decorado con mimo. Desayunamos allí, tienen variedad de leches vegetales y el café está rico. Las tostadas son el must, grandes trozos de pan crujiente y su interior blandito con variedad de opciones (tomate, aguacate, jamón, etc.). Las mías de aguacate, que como se puede ver, eran contundentes y riquísimas. Ingredientes básicos con un toque especial. Además con el café te ponen un acompañamiento u otro, cambia según el momento nos contó el camarero. Nos tocó yogur con granola y un poxo de melón. Pequeños detalles que hacen que suba la calidez de un desayuno. Relación calidad - precio, top.
Desayuno riquísimo, variedad de tostadas a cual mejor.
El café muy bueno y el servicio muy agradable.
Para repetir
Desayuné allí en la ruta de "Ponte-Almorzo", quizás la pequeña porción de pastel sobraba por su sabor. Por lo demás me pareció natural y sabroso.
Los camareros también demostraron ser atentos y agradables y el lugar tranquilo.
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