En una de las calles con más animación y vida del centro de Pamplona se encuentra este restaurante. Tiene dos niveles, la planta calle es ideal para tomar unos pinchos mientras que en la sala del piso superior se está más tranquilo para comer o cenar.
Disponen de menú que, para estar en la zona donde está, resulta muy bien de precio.
En mi visita elegí de su menú espinacas de primero y ajo arriero de segundo. Para beber un vino D.O. Navarra.
Bar del centro con variedad de pinchos, algunos fríos y otros que pueden preparar al momento; tardan un poco más, pero tenían buena pinta. También opciones para comer sentado, en la planta de arriba. Pedimos unas cervezas y un pincho de tortilla rellena de jamón y queso, bastante aceptable. Precios en la línea de lo que existe en la zona.
Comimos un par de pintxos en este local y todos muy buenos, especialmente el matrimonio (recomendado por la señora que estaba en la barra). No pongo 5 estrellas porque el señor de la barra porque atendió antes a unos locales que habían entrado mucho más tarde que nosotros.
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