Esta encantadora cafetería se ha convertido en mi refugio habitual, tanto cuando quiero algo dulce como cuando quiero algo salado. Mención especial a la tostada con aguacate, rúcula y huevo, sin olvidar el increíble café (y el bizcocho con mango, y las cookies, y la tortilla...). Cada visita es una experiencia.
La pareja que lleva la cafetería es encantadora y muy atenta a los detalles. La comida solo es superada por su atención.
Para romper un ayuno o desayunar es ideal, le hace sombra a las cadenas de cafetería conocidas en Pamplona, esto es otro nivel. El servicio es impecable muy dedicado y amable. En el ensanche a mano de todo en Pamplona. El ambiente está correcto, pero justo, todo acristalado, combina entre mesas y silla de bar normal y espacios con sillones y sofás, un poco castigados estos últimos, la temperatura un poco baja, no es confortable y esto baja un poco el nivel, la música muy folklorica regional latina, sugerencia un poco más contemporánea y pop sería óptimo y acorde con el sitio. El café es bueno, en mi caso un americano que se pasó un poco de agua, sugerencia agregar según el cliente o en un recipiente a parte el agua caliente, para que el cliente agregue a gusto. En conclusión no hay que perder la oportunidad de visitar con un buen desayuno este bar "The Old Coffee".
Local muy acogedor con comida riquísima y café delicioso.
El servicio atento y muy amables.
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