El ambiente es tranquilo y acogedor. Todos los platos que pedimos estaban sabrosos y los repetiría. El cabrito asado jugoso y las setas rebozadas deliciosas.
¡El sitio acabó sorprendiendo para bien!
Se trata de un asador pequeño pero con una decoración muy interesante. El lugar está limpio y da gusto sentarse a comer. Destacar que la camarera morena de gafas nos atendió estupendamente, muy atenta y simpática.
La carta es amplia y tienen entrantes con toques de cocina moderna, eso sí, sin perder lo tradicional de un asador. Pedimos picadillo de morcilla y fue un total acierto. El producto es muy bueno, con un sabor suave difícil de conseguir en este tipo de platos. Viene bastante cantidad, incluso hasta el punto de ser demasiado para dos personas si pides algún otro entrante. El plato merece mucho la pena por los 10 euros que cuesta.
Las patatas panaderas con huevo también nos parecieron un acierto. Es un plato clásico con el toque moderno del vinagre. También es un plato bastante recomendable que gustará a todos los usuarios que toleren el vinagre de Módena. Su coste es de 8 euros y también merece la pena pagarlos.
De segundo pedimos una ración de cochifrito para compartir. Los trozos pequeños, bien fritos y con mucho sabor. A pesar del tamaño del corte y de su costra exterior el interior sigue siendo jugoso y muy apetecible. Por lo general, es un plato con un corte más grande y pedazos con los que debes pelear. En este caso no es así. El cochifrito viene acompañado de patatas fritas caseras que no querrás dejar en el plato. La ración para compartir es muy abundante y muchísima comida si lo pides para una sola persona. Su precio: 16 euros.
La decepción de la comida fue la tarta de queso. Siempre pido este plato en todos los restaurantes a los que acudo. Sensación terrosa a la hora de comerla, sabor lácteo que no recuerda a una tarta de queso y un sirope de caramelo que no encaja demasiado bien. Esperaba mucho más de un asador con una previa al postre tan buena. Su precio son 5 euros y no recomendaría pedirla si eres fan de este postre. A favor del restaurante diré que tienen una amplia carta de postres. Eso sí, desconozco su calidad, pues los dos comensales pedimos la tarta de queso.
El pan riquísimo, pero te cobran el servicio a 0,70 céntimos por comensal. No parece una locura, pero sí algo que destacar. De aperitivo nos pusieron un buen cuenco de aceitunas que no nos cobraron y que deja en un olvido los 70 céntimos del pan.
Una atención de 10. Desde el momento en que llegamos hasta que nos fuimos. Es un sitio muy acogedor. Un detallazo el del dueño de acercarse cuando acabamos para ver si todo estaba bien sin conocernos de nada. La calidad muy muy alta, a destacar la carne y el postre de yogurt. Volveremos
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