Fuimos a cenar un sábado por la noche, el ambiente tranquilo, cenamos en una de las mesas de cueva ( no los reservados) y súper bien, la chica que nos recibió nos enseñó el local entero aprovechando que no había mucha gente y la verdad que nos encantó, nos contó un poco la historia y nos enseñó cada rincón, es un sitio alucinante con muchísimos objetos antiguos, una pasada, podrías estar horas mirando sus paredes y seguirías sorprendiéndote,el ambiente tranquilo , silencioso, la comida exquisita, pedimos un secreto con patatas y ensalada con una tarta de queso casera de postre y nos quedamos fenomenal.Estaba todo exquisito y sobretodo el trato, agradables y amables, una maravilla la verdad, da gusto los sitios tradicionales en los que se cuida al cliente, volveremos sin duda con nuestros amigos a comernos un buen cocido en su sala privada!
Restaurante con encanto, dentro de una cueva, su temperatura y ambiente natural mitiga el calor del verano.
Especialidad en carne con una extensa variedad. Muy buena relacion calidad precio.
Personal muy atento y amable.
Altamente recomendable.
Un sitio muy curioso y acogedor. Muy recomendable si queréis celebrar una comida en un sitio diferente. La comida francamente buena, al menos lo que probamos: carne a la brasa (lomo alto) y secreto ibérico. Muy bien también las patatas caseras y la ensalada. Los postres caseros también están bien. Volveremos a probar el cocido que tenía muy buena pinta.
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