Sitio espectacular en Ruzafa.
Huyendo de la multitud de las fallas, pasamos por la puerta y nos sorprendió el menú. No sabíamos que era la "galette" y nos pico la curiosidad.
Pedimos el menú que tenían y la camarera se encargo de explicarnos los platos (todos los entrantes son de la carta) y luego puedes elegir la galette que quieras. Los postres también eran los de la carta o elegir el crepe que quisieras.
Pedimos los saquitos de morcilla, el tartar de quinoa y la ensaladilla de merluza. Luego, tomamos el crepe "ministro". La calidad de la comida espectacular y todo buenísimo (por poner una pega, el tartar de quinoa nos dejó un poco fríos). Los postres son caseros y la verdad es que sorprenden (La carrot cake recomendada sin dudas).
Volveremos seguro
Cena de amigos un viernes, reservamos por si acaso pero no se llenó. Aunque es recomendable hacerlo los sábados.
De entrantes el tarta de verduras y la tabla de queso, a cada cual mejor que el anterior. Cada uno nos pedimos una Galette o creppe salada de cena, bien surtidas y las hacen al momento.
De postre, creppes dulces, la mía de mermelada de arándanos no prefabricada, sino con un punto amargo y arándanos enteros. Delicioso todo!
Es un lugar muy acogedor en Ruzafa, no es muy grande y es mejor reservar el fin de semana porque se llena. Allí puedes probar las auténticas galettes bretonas con masa de trigo sarraceno, las tienen de muchas variedades, con verduras, bacon, quesos...y también las variables dulces. Tienen una sidra de la región también que está muy rica para acompañar estos platos. Muy recomendable.
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