Una experiencia muy buena en un rinconcito del barrio de El Carmen, en plena Ciutat Vella.
La comida estaba muy rica. Mezcla cocina de varias culturas, como pueden ser unos huevos rotos con jamón y trufa, con unas empanadillas criollas. La carta está bien, no es muy extensa, lo que denota especialización en los platos que disponen. Por otra parte, los postres estaban muy buenos, y con una cantidad bastante prominente (contrasta con algunos platos principales, que son algo escuetos). Sin embargo, es un sitio en el que se disfruta más de la calidad que de la cantidad.
El servicio fue bueno en todo momento, con mucha educación. Nos sentaron en una sala con una única mesa al fondo, por lo que estuvimos muy tranquilos y agusto.
El restaurante está algo escondido, pero es muy acogedor. Está bien decorado y dispone de algunas mesas en el exterior.
En cuanto al precio, se sitúa entre los 20€ y 30€, al estilo de otros restaurantes de la zona. Recomendable aprovechar el descuento de algunas plataformas de reserva :)
Todo de diez, desde el trato, el ambiente, cantidad y calidad de la comida, el precio(fuimos con -30% de descuento de una aplicación). Una cerveza artesana valenciana muuuuuy recomendable. Una carne buenísima y cocinada a la perfección y unos postres riquísimos. Volveremos por que es un 10 de 10.
¡Un auténtico descubrimiento!
Todo lo que probamos estuvo buenísimo, con mucho sabor. Las raciones más que generosas y la presentación cuidada. Bravas, crujiente de puerro y gamba, croquetas, empanada, solomillo...entre otros. Todo riquísimo.
Además, el personal muy atento y amable en todo momento, en un ambiente muy tranquilo con una música agradable que amenizaba la velada.
Desde luego volveremos para seguir probando su carta, pues tienen mucha variedad y nos quedamos con ganas de seguir probando cosas.
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