PRECIO + CANTIDAD + CALIDAD = ¡ESTE LUGAR! Yo no he visto más que alguna mosca por la entrada y no en la comida o mesa, que se agradece, deduzco que lo tienen solventado aun que es algo "normal" con este calorcito. Entré a buena primera hora de almuerzo (9:15 aprox.) y ya tenían la vitrina PRÁCTICAMENTE LLENA con un amplio abanico de posibilidades para almorzar, pero no sólo eso, si no que en lo que estuve almorzando, ¡se vaciaba y reponía! Se nota que todo es fresco y casero, la tortilla de patatas un tamaño, sabor y estado perfecto, sin estar quemada ni "líquida" y con lo fino que soy con la sal justa en su punto, bien sabrosa y buen tacto al igual que los pimientos, fue medio bocadillo y en algún lugar de la zona parece casi entero. Las longanizas tienen todo el buen ver y el chorizo voló, sin contar con los demás compañeros de brasa que tenían muy buena pinta, para la próxima cae. La chica que sirve los bocadillos es una máquina en su gremio, sabe muy bien lo que hace y no sólo atiende y te sirve el bocadillo, además, se encarga de la brasa y te hace el café en su justa medida, sin pasarse pero en absoluto aguachirri y su cremita, puntazo. Tienen terraza abierta/cubierta para fumadores y el interior bien climatizado, de maravilla para grupos grandes, medianos e incluso si vas sólo, la atención es inmediata y cuidadosa teniendo la bebida y el picoteo al sentarme. Breve espera hasta mi turno, pero el trabajo de ambas compañeras es ágil y comunicativo, con todo esto ha sido rápido, o justo llegué a buena hora o tuve suerte, ya que estaba con clientes y tenía mesa para sentarme. Salí antes de las 10 con muy buen sabor de boca y ganas de probar más, con lo que volveré sin lugar a duda, merece la pena.