Primera experiencia en este restaurante de la familia 'La vida en tapas'. La situación del restaurante es inmejorable y más si te sientas fuera en plena calle Betis y tienen buena atención. Como punto a mejorar, me parecen muy justitas las mesas de 2, te sientes muy justo de espacio y más si te pegan a un muro. Las sillas tampoco me parecen cómodas. Como punto negativo, los refrescos son de refill y por el precio que tienen, me parece un engaño, más aún cuando no lo indican. De saberlo no los habríamos pedido. Deberían poner refrescos de botellas o al menos indicar que son refill. Nos pusieron aceitunas y otro entrante, algo que me parece un detalle. La ensaladilla estaba buena pero no me parece de las mejores de Sevilla, eso si, tenía gambas, que muchas ensaladillas de gambas ni las han olido. Las croquetas de cola de toro estaban buenas y cremosas, llevan encima una especie de mermelada dulce. De croquetas si repetiría en otra ocasión. Pedimos arroz con lomo bajo y era nuestra primera experiencia con un arroz de este tipo. El arroz estaba bueno sin ser el mejor ni explotarte la cabeza. El lomo bajo estaba demasiado hecho (no preguntaron el punto) pero tenía buen sabor a brasa. Los pimientos esperaba otra cosa. Quizá no era el día, pero repetiría. Como postre el Kinder estaba bueno y fue más ligero de lo que creía, al menos para compartir. Repetiremos en otra ocasión para probar otro arroz y los pescados y mariscos que tienen pintaza.