Buen local y muy bien situado. La camarera es encantadora.
Cada vez que voy a Santiago descubro algo nuevo. En esta ocasión ha sido gracias a una amiga que está trabajando allí.
Una plaza llena de encanto y el lugar es maravilloso por dentro. El portero un amor y la camarera que me atendió muy amable. El único pero es que no tenían estrella Galicia.
Desde que descubrí este lugar durante mi etapa universitaria no me he cansado de ir. En el pasado estaba convencido de que tras esas escaleras que conectan con la Plaza de Quintana no había nada, si eso una callejuela sin salida o algo similar. Hasta que fui. Como cuando desbloqueas parte de un mapa en un videojuego, me encontré con un lugar único en el que confluían pacíficamente todo tipo de sujetos.
El local tiene unos dardos justo a la bajada de sus escaleras, donde la barra, y un futbolín en una de sus salas intermedias donde los baños. Es un buen futbolín, una zona muy divertida. Luego hay una pequeña sala de baile donde pinchan DJ's distintos cada día (en su cuenta de instagram suelen poner la programación, cunde los sábados noche que es cuando pincha Deejay Mil, un crack). Los precios de las consumiciones casi como en cualquier sitio, pero ya sólo por el ambiente cunde.
Como todas las semanas, nos vemos este finde... O no.. O que sé yo
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