Restaurante acogedor, con un ambiente agradable y una comida exquisita. El personal fue amable y atento durante el servicio.
Pedimos un cocido lebaniego muy sabroso, y un chuletón “premium” de vaca rubia gallega que estaba en su punto perfecto.
En cuanto al postre, nos decantamos por una tarta de queso al horno muy suave y cremosa. Altamente recomendable, al igual que los dos platos anteriores.
Sin duda alguna, repetiremos.
Sara Fernández Martínez
+5
Fuimos a comer. De entrante pedimos el pulpo que para nosotros fue el peor plato. Era una gran ración pero los trozos grandes estaban muy duros. De segundos pedimos carrilleras, que estaban muy buenas, y él entrecot, que fue lo mejor. Muy jugoso, de los mejores que hemos comido. De postres pedimos el helado de orujo, que sabía bastante a alcohol, y el canónigo (postre bastante conocido allí) muy bueno también. Precio elevado pero bien en relación a la calidad.
Lugar que nos sorprendió tanto que repetimos al día siguiente, la entrada del restaurante la verdad es que no invita a entrar pero lo bueno está arriba.
Nos llamo la atención el orden en que sacan los platos, al revés de cómo lo pedimos, no sé cuál es el criterio, ya que la cocina funciona rápida y súper bien, pero la comida de máxima calidad y la atención estupenda. Mención especial al postre Canónigo, típico de la zona, pero aquí el mejor.
Felicidades al equipo.
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