Muy cerca del emblemático Parque de San Francisco y de los edificios gubernamentales del Principado, emerge esta vinatería con un ambiente acogedor y un surtido de platos exquisitos para cualquier paladar. Un lugar de parada muy recomendable para pasar entre amigos o con tu pareja.
Ya ha cerrado. Una pena. En muy pocas calles de Oviedo existe tanta competencia entre cafeterías como en ésta lo que significa que, si un local se mantiene, es que lo está haciendo bien y merece la pena entrar. Sobrevivir a sitios asentados y con una buena oferta y calidad (como, por ejemplo, el Baam) se consigue, en primer lugar, diferenciándose en la medida de lo posible y, en segundo lugar, intentando fidelizar a la clientela. Si a ello se añade la existencia de una buena cocinera (si bien la carta no es muy amplia son todo productos caseros en un menú de 11 euros) pues ahí están las razones por las que se mantiene. Además tiene terraza, lo que en estos tiempos siempre es un plus.
Una terraza muy agradable y tranquila donde poder hacer un parón y reponer fuerzas. Servicio atento y buena calidad. Precio adecuado.
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