Sales a picar algo en Olot, y te metes en un bar, el primero que encuentras, y te topas con un paraíso para el paladar, así, sin esperarlo. Te atiende Natalia y te recomienda vivamente que tomes una tapa que llaman melos, es una carrillada. Tú, lees la carta, que te la ha traído Natalia en una pizarra, dedicándote toda su atención y cariño, como al resto de los clientes, y decides comenzar con un carpaccio de gambas. La decisión ha sido buena, casi se te saltan las lagrimas cuando el tenedor alcanza la boca. Miras alrededor y piensas que estás en el cielo, mientras contemplas a las compañeras de Natalia, María y Ona, trabajar con rapidez y cariño, atendiendo con una sonrisa a todo el que solicita algo y ofreciendo las maravillas que Marcel ha preparado en la cocina. Así, de repente, el plato de carpaccio se ha terminado y la cerámica luce como si hubiera salido ya de la máquina que les da brillo. Tentado por Natalia, te atreves con el melos, y no puedes creer que algo tan tierno y tan delicioso, pueda estar cocinado por un ser humano. El caso es que continuas cenando, te frotas los ojos y te pellizcas la oreja para despertar, en el caso de que fuera un sueño. Pero resulta que no, que es real todo lo que ves. Y ahora es Ona la que te recomienda un postre casero, se trata de una pera bañada de after eight. En fin, que no sabes ya como adjetivar lo que sientes, pero si Stendhal siguiera vivo, seguro que se habría desmayado. Así que sólo puedo decir: gracias, mil gracias a Natalia, María, Ona y Marcel, por obsequiarme con una de las mejores cenas que he disfrutado y hacerlo, de verdad, con tantísimo amor.
Para cerrar me ofrecieron un licor casero, y cuando vi que la cuenta no llegaba a quince euros lo único que pensé es que este país es una delicia, único- Basta con poner sobre la mesa el talento y el amor que tenemos y que somos capaces de compartir. Basta con eso para cambiar el mundo. Gracias L'Ansat Bar
Tapas muy curiosas y ricas y una atención que te hace sentir como en casa, recomendable el tendedero de anchoas, las alcachofas, y el carpaccio de wayu ahumado con romero. La carta de vinos no la vimos pero el vino que nos recomendaron maridó muy bien la cena.
Alex Miera Castillo (Disney Marauders)
+5
Increíble, sin duda todo un descubrimiento en la garrotxa. Un sitio de tapas y pintxos vascos que nada tiene que envidiar al norte. Tapas con una vuelta de gracia y originalidad muy buenas. Un trato excelente, lo único que pondría un pero es que en la mesa que estuvimos en la entrada estábamos muy apretados tanto con la gente de la barra como con la gente que pasaba hacia adentro del local pero repetiremos seguro!
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