Todo perfecto, sobretodo el trato de los camareros.
La comida muy buena.
Nos gastamos 95€ entre 2 pero pero nos invitaron a unos sorbetes que ya habíamos probado previamente; los aconsejo.
He vuelto varías veces y siempre una buena experiencia. El rodaballo muy sabroso.
He comido aquí al menos 10 veces , además del excelente producto y lo buena que está la comida , la atención es un 10, sobre todo Fabian y todos sus compañeros, nunca vi una mala cara aún cuando están casi siempre a tope . Mis favoritos los arroces , el de perdiz y el de rabo de toro .
Somos nuevos en el barrio y estamos recorriendo los sitios de la zona. Ayer estuvimos aquí y nos gustó mucho. Tiene una buena terraza pero ayer por el calor, a la hora de comer, reservamos para el saloncito de dentro. Acogedor y tranquilo.
Os digo lo que comimos, almejas a la sartén con fumé de rape, vino blanco y ajito. Las almejas con un sabor estupendo y el caldito pues para mojar pan hasta que no quedó gota. Luego probamos una zamburiña rellena de txangurro, zanahoria... delicada la mezcla y gustosa la combinación. Lo ponen con un poco de alioli gratinado por encima, yo lo tomé aparte porque estaba bueno, la verdad y pan con alioli no falla, porque junto se me comía un poco parte del sabor de lo principal.
El plato fuerte fue un genial caldero de arroz bomba con perdiz y boletus. El arroz en su punto, suelto y bien impregnado de los sabores del caldo en el que estaba hecho, potente, de la perdiz, abundante y sí, de los boletus, porque en cada cucharada apreciabas todo ello. Muy muy abundante, comen 3 personas sin problema y aún seguro que sobra un poquito.
Acabamos con tarta de queso templada al carbón. A mi acompañante le gustó mucho, a mi me pareció buena pero, y esto es gusto particular, la prefiero más derretida, con algo más marcado el sabor del queso, aunque no es suave suave, sí que sabe a queso de verdad y me inclino más por comerla en frío. Pero vamos, cumple. Los cafés, bastante ricos y eso cada vez es más difícil obtenerlo. Y de parte de la casa, dos chupitos con hielo, de crema de orujo y limoncello.
Volveremos en breve porque hay muchas cosas que nos apetece seguir probando, la carne, desde luego y otras como el carabinero con huevo o el pulpo a la brasa.
El precio, con 3 copas de Rioja, vermut, cerveza y una botella de agua, más el servicio de pan, que incluye aperitivo y un buen aceite de oliva que te sirven en un platito, 61 euros por persona. No es barato pero claro, es todo primera calidad.
El servicio atento, amable y pendiente de si necesitas cualquier cosa.
Hasta pronto.
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