Siempre voy porque ponen cañas bien tiradas y tapas generosas, pero si buscas en la carta también hay cosas interesantes, como las brochetas de verduras, la ensalada de montaña de atún, las croquetas y los huevos estilo Cándido, que están riquísimos. El menú del día también rico, da igual si son unas lentejas o un plato creativo, el punto del cocinero lo hace todo especial y bueno. No es el típico sitio de decoración exquisita, pero es bonito, y después de haber probado miles de lugares que llaman la atención y decepcionan porque atienden fatal o la comida es mala o cara, se agradece ir a un sitio en el que saben atenderte bien y la comida es buena.
El sitio es muy agradable, el café es buenísimo, la barrita tostada del desayuno perfecta y el tomate de untar el mejor que he tomado nunca. Totalmente natural.
A falta de probar más el desayuno un lujo y personal muy amable.
Uno de los mejores para el menú del día en la zona, la primera impresión que causa de lugar abierto y agradable se confirma, con opciones diferentes en el menú del día, y una carta muy sugerente para picar algo. Como está un poco escondido, en una calle lateral suele haber sitio.
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