Esta muy bien, sitio tranquilo para cenar, comida buena, y buena atención, algunas de las raciones me parecen un poco pequeñas, el lomo con migas estaba muy bueno. Con la oferta del tenedor sale genial. Por poner una pega solo tenían un vino 🍷, un Rioja.
Apenas lleva abierto dos meses pero ya se ha convertido en uno de mis favoritos de Madrid. El trato es especial, los camareros y el dueño te tratan como si estuvieras en casa y la comida inmejorable: lo mejor las albóndigas de carrillera y las croquetas de gambas, están deliciosas. Los postres me consta que son caseros, los hacen en su propio obrador, si vais no dudéis en probar la torrija son las más ricas de Madrid SIN DUDA. Una vez a la semana (o dos) hay que ir a tomarse unas cervecitas y a cenar.
Lugar con un ambiente muy bueno ya sea para ir a cenar o tomarse unas cervezas. Un menu distinto a lo tradicional que ves por Madrid y aun asi la comida esta buenisima. El trato del personal con los clientes es bueno y rapido, que hacen que vaya al menos una vez a la semana.
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