Adoro este sitio, he ido muchas veces! El restaurante en si, te transporta a un pequeño pueblo de suiza. La decoración esta pensada para que no le falte ningún detalle. Como aperitivo te ponen una tapita de queso con puerro que esta buenísima. De entrante pedimos gnocchi al boletus que estaban muy buenos. Me gustó la cantidad ya que fue la exacta para que no faltase y tampoco fuera demasiado como para que sobrase. Seguido pedimos una fondue de queso tell, viene acompañado con un plato que lleva, patata, manzana, salchichas, cebollitas, pepinillos, pollo y una cesta de pan. El queso de la fondue esta riquísimo, muy muy sabroso y es mezcla de varios quesos. La única sugerencia que añado es que debería venir algo mas de cantidad de pollo, salchichas etc ya que todo el rato con el pan se hace más pesado. Entre el entrante y la fondue nos trajeron un queso, tete de moine que estaba delicioso y lo cortaron delante nuestro. Por último pedimos una fondue dulce de chocolate blanco, venía con una bandeja de frutas, estaba muy buena pero había probado anteriormente la de chocolate negro y me gustó más. Como sugerencia añadiría una de chocolate con leche. Lo mejor de todo fue la atención, todas mas camareras sin excepción fueron muy amables desde que entramos hasta que nos fuimos, el encanto de este lugar es en la gran mayoría la atención de ellas. Te aconsejan qué pedir para que no sea demasiado, te explican como funciona la fondue y como meter los alimentos para que queden listos para comer. Sin duda es uno de mis sitios favoritos de queso de Madrid y vuelvo siempre que puedo 10/10!