La sorpresa agradable del día de hoy.
Hemos parado a comer en nuestro viaje de vuelta hacia Madrid y ha sido todo un acierto.
El salón, con su chimenea-parrilla, muy acogedor. La atención, notable. Y la comida, en menú de fin de semana, con una relación calidad-precio excelente.
Las chuletillas de cordero y la cinta de lomo, a la parrilla, riquísimas, y los postes caseros, muy bien también.
Repetiremos, seguro.
Paramos de casualidad. Entre para echar un vistazo antes de decidirme si nos quedabamos y me gustó su ambiente antiguo y su tranquilidad, un autentico viaje al pasado.
Pedimos una fuente variada de productos cárnicos con patatas, dos refrescos y para terminar dos cafes.
Rapidisimo y riquísimo.
El personal siempre muy atento a nosotros.
Volveremos.
Violeta García Hidalgo
+4
Sitio muy recomendable si vas a visitar el pueblo o Lillo. Carnes a la brasa buenísimas, patatas fritas naturales y unos calamares de muerte. El sitio en sí, es un bar de carretera, no está muy cuidado, pero todo es muy casero y compensa. Si pasamos por allí de nuevo, volveremos sin duda.
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