Hemos estado en una cena tranquila, el camarero nos ha guiado a la perfección con el menú. La comida casera y exquisita. Pedir postres hechos en la casa es obligatorio, el local agradable y la música acompaña el ambiente. Relación calidad-precio muy buena, volveremos.

¡Lugar con un encanto especial desde que ves la fachada! Mucha variedad en la carta, pero fuimos a por lo de siempre y esta es mi valoración: Nachos con carne: ¡¡¡están tremendos!!! Me sorprendió el sabor de los nachos, su textura y me dijeron que eran de elaboración artesanal y se nota. Me gusta mucho el queso y la carne y en este plato la combinación es perfecta. Bastante cantidad, ideal para picar mientras viene el plato principal. Burrito: a tope de carne. Riquísima la mezcla de col y zanahoria. Muy grande de tamaño y muy bien decorado el plato. Los he probado en otros mexicanos y a este le doy un 9. Si vais con hambre y buscáis un plato consistente, no dudéis en pedirlo. Tarta de chocolate: ¡¡¡¡CASERA!!!! Y creo que con esto ya está todo dicho. La carriot cake tenía muy buena pinta, pero para mí, personalmente, donde se pone el chocolate que se quite lo demás. Esponjosa y de sabor muy jugosa, ¡me quedé con ganas de pedir otro trozo porque me supo a poco! El camarero muy atento y la comida muy rápida en salir de cocina. Ambiente acogedor (sentaos si podéis cerca de la ventana, porque se está de lujo) y bastante higiene en las instalaciones. No está en la playa y hay que dar un paseo para encontrarlo (nosotros lo vimos de casualidad ), pero merece mucho la pena.