Hemos llegado por casualidad a este restaurante, un sábado pensando qué odisea íbamos a sufrir para comer sin tener reserva en esta zona. Gratamente nos hemos sorprendido al llegar sobre las 13'00 con un bebé hambriento y encontrar este acogedor restaurante donde nos han recibido como si fuéramos de la família. Nadie había aún en el comedor, por lo que hemos podido disfrutar de una cómoda atención personalizada totalmente dedicada para nosotros.
La carta es correcta, no demasiado extensa, con lo que puedes decidir rápido. Hay varios platos típicos de la gastronomía asturiana, como el cachopo y la fabada.
Para el peque pedimos croquetas y macarrones. Buenísimo todo.
Para mi hija y para mi pedimos fabada y cachopo, mas unas bravas para compartir.
La fabada espectacular, riquísima. Tienen medio plato también.
Postres pedimos crema catalana, muy casera y para chuparse los dedos.
En resumen: un descubrimiento que nos apuntamos para volver con el resto de la familia.
Nos han atendido estupendamente, es como estar en casa, no abundan sitios como este. Deseando volver.
Buena comida tipica asruriana. Buena atención. Tipica fabada y platos asturianos muy buen ambiente. La sidra es natural de Gijón. Postres caseros. Muy atenta la camarera.
Hemos comido en Navidad ... Un sitio acogedor ... muy bien servidos y atendidos ... Pepe el dueño un hombre entrañable que sabe hacernos sentir como en nuestra propia casa. Gracias !!
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