Primera vez en este lugar, y me cautivo completamente.
Harto de encontrar lugares poco agradables en la zona, me hablaron muy bien de este lugar. Un sitio que a simple vista te causa curiosidad, y una vez adentro te sumerges en un mundo paralelo, lo que parece ser una especie de cabaña ranchera, con colores bien combinados y un ambiente musical muy acogedor, el chico que nos atendió a mi pareja y a mi, nos trató como si fuéramos clientes de toda la vida, con calidad humana, pedimos hamburguesa doble con patatas, y debo decir que ha sido de las mejores hamburguesas con patatas que he comido en un restaurante, una calidad que se saborea y habla por sí sola, una explosión de sabores y una satisfacción de estar en el lugar y momento perfecto.
Sin duda regresaré y deseo probar cada uno de sus platos porque merece una atención muy especial este lugar, hay que valorarlo porque de estos ya no quedan muchos.
Como dicen por ahí estomago lleno y corazón contento 😌
Un "bareto" regentado por un ESPAÑOL, ya que en la zona casi todos son chinos. Hasta hoy solo había probado los bocatas de "Pinchos", con la peculiaridad que usan Aceite de Oliva Virgen.
Hoy me he querido adentrar en el mundo de tapas y me he pedido unos Callos con Cap i Pota y han entrado del tirón... Un punto de sal más, y habrían rozado la perfección.
De todos modos, sitio muy recomendable.
Volveré a menudo.
Mucha variedad: bocadillos, tapas, frankfurts, hamburguesas, bikinis, platos combinados, platos típicos caseros..., ¡y a cualquier hora! No te extrañe si vas a desayunar y en la mesa de al lado están degustando un plato de rabo de toro. Es necesario destacar el Servicio rápido y amable; para repetir otro día.
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