Al menos, una vez al mes suelo comer o cenar allí. Su carta la forman pocos platos y sencillos, pero muy bien realizados.
Tienes la opción de pedir media ración o ración entera. Yo suelo optar por pedir varias medias y así probar diferentes platos.
Yo no soy partidario de pedir paella en Galicia, pero lo dejo al gusto del consumidor. Lo que sí o sí tienes que comer (eso sí, de último, porque si no todo lo que venga después te parecerá sin sabor) es el solomillo de vaca. Honestamente, está riquísimo.
Sé que últimamente tienes otros platos fuera de carga como la picaña, pero ningún camarero nos lo comentó la última vez que fuimos (nos enteramos cuando lo pidieron los de la mesa de al lado).
Los postres caseros (pide el flan) y el café de pota (para los que no son gallegos es el café que no es de cafetera industrial de bar normal) son un añadido.
El servicio depende de los camareros. Los veteranos son raudos al igual que las cocineras. Sin embargo, los jóvenes andan a veces un poco empanados (cosas de la edad, supongo).
A nivel logístico, está en una calle peatonal en el centro, así que intenta ir a pié. Suele estar bastante concurrido por lo que si sois un grupo de más de seis intenta reservar.
Servicio muy amable y atento.
La comida bien y precios muy buenos.
El pulpo para mi gusto, un poco blando.
Raciones generosas y te ponen tapa con la consumición, que siempre se agradece. Es un buen lugar para comer.
Taberna restaurante de comida gallega, con especialidad en pulpo a la gallega y croca con papas.
Buena atención y servicio, ubicado en una calle interna tranquila.
Aparte del pulpo les recomiendo el chorizo picante que está muy bueno.
Sino le gusta el estado tienen unas cuantas comidas de ternera y cerdo, que también están muy buenas. La carne de ternera que probamos y no llego a las fotos jaja, súper tierna y sabrosa.
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