Se trata de un resturante pequeño en un pueblo <100 habitantes. El restaurante forma parte de la posada de zorita de los canes.
En mi caso he comido de menú por parte de la posada. El menú es cerrado de un primero y un segundo.
Para hacer el menú te preguntan que te gusta y que no y te lo configuran a medida.
Es un buen sitio para comer si te coge a mano , ha sido una buena experiencia probarlo.
Me habían recomendado este restaurante y fue un acierto. Nos reservaron la mesa más bonita que es en el mirador. Comimos muy bien. El rabo de toro exquisito y la lasaña de corzo muy rica aunque un poquito seca para mi gusto. La tarta de queso un espectáculo, con ese toque de tomillo la hace muy campestre. Un sitio para volver.
Empezaré diciendo que no les doy 5 estrellas por causas que en realidad no dependen de ellos.
Cenar al lado del río supone exponerse a mosquitos y olores procedentes de los juncos.
Esto último afecta a la cena, pues no te permite disfrutarla igual.
Ahora bien, me parece que trabajan con productos de muy buena calidad y que el precio es acorde a éstos.
Cenamos realmente bien, lástima de los bichitos y a veces el olor. De todos modos, esto último dependerá del día y no debe desmerecer el servicio y la comida.
Sitio diferente y recomendable.
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