Empezamos por sus famosas Piedritas, patatas acompañadas de salsa de queso. Patata naturales, bastante buenas. Eso sí, se notaba que estaban recién hechas, estaban ardiendo.
En cuanto a las hamburguesas, probamos la Vasca, con un montón de queso, y la Extremeña, con salsa de tomate. Ambas muy sabrosas y contundentes. Nos gustaron las dos, pero puestos a elegir recomendaría más la Extremeña.
La tarta de queso es casera, algo cremosa y nada empalagosa, además con bastante sabor, un buen postre.
En general, el local está bastante bien, aunque las hamburguesas me parecen un poco caras ya que no van acompañadas de patatas. Además, es sin reserva y el local es pequeño, en cuanto terminas, si hay gente esperando te invitan a irte.
Muy buena la hamburguesa que nos comimos. La atención increíble, saben lo que hacen y se nota en sus elaboraciones. La salsa de queso Roquefort con las “piedricas” está increíble. El detalle de tener música en la terraza (a un volumen apto para hablar a medio tono) es de agradecer porque te invita a estar más rato. Sin duda repetiremos. En resumen, venid y dejad propina.
Ya había estado y quise llevar a mi compañía para que probara las piedritas con salsa de queso azul y salió súper encantada. La verdad es que están muy muy buenas y a un precio muy popular.
El próximo día probaremos bocatas o hamburguesas que también tenían muy buena pinta.
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