Magnífico museo, moderno, amplio, muy buena organización y disposición de las plantas y los objetos expuestos. Paneles con textos muy acertados que incitan a la reflexión. De los mejores museos etnográficos que he visitado. El personal muy atento y amable. Una visita recomendada si se pasa por Zamora.
El Museo se levanta en el solar del casco histórico en el que en 1593 se construyó la antigua Cárcel Real, que posteriormente cambió de uso para pasar a ser Casa de Beneficencia desde 1804, al cargo de la Real Junta de Caridad de la ciudad, y luego fábrica y almacén de la empresa textil Zamora Industrial, S. A. En las últimas décadas acogió también un frecuentado salón de baile. Lo único que se conserva del edificio original es la portada de la calle Corral Pintado, en la trasera del Museo, y que ha sido acondicionada como entrada auxiliar al mismo.
Me sorprendió muy gratamente este edificio por su belleza, su luz, sus exposiciones, sus frecuentes actividades culturales y su personal. Realmente a la altura de cualquier centro de arte internacional. Me alegré muchísimo de poder disfrutar de un centro tan bien gestionado, da gusto ver como a veces el dinero público se invierte y gestiona con tanta maestría. Volveremos!
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