Lo encontramos de casualidad paseando por la ciudad, comida muy bien preparada y muy buen sabor.
Buena ha sido la experiencia. Servicio de 10, amables, simpáticos, serviciales y atención de 15. El lugar dispone de varias salas, así que con repartición de los comensales, no se crea ambiente con mucho ruido ni jaleo. Los platos y las presentaciones hablan por si solas, las anchoas espectaculares, el solomillo tierno, jugoso y con intenso sabor a lo que és, pero para mí el punto final que remató fue la tarta de queso líquida, que estaba increíblemente buena, sabrosa y gustosa. Si vuelvo cerca de la zona no dudó en volver a comer allí.
Situado en el centro del parque, el ambiente es agradable. La atención del personal es muy buena y profesional. La cocina es de buen producto y bien cocinado. Hemos quedado muy satisfechos y disfrutado con unos ricos platos. Las sardinas marinadas muy buenas. El bacalao con pisto magnífico y el entrecot en su punto. La tarta de queso fluida maravillosa. El precio no diré que es barato, pero la calidad es muy buena. 40 euros por persona aproximadamente sin bodega. Pero sales más que servido. Volveremos!!
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