Sabes de estos sitios donde con cada cucharada esbozas una sonrisa? Pues es aquí. Nos dejaron estar dentro con nuestro perro cosa que se agradece muchísimo. Comimos el menu cuya calidad y cantidad es excepcional desde el 1° plato que pedimos las pochas, sedosas, ligeramente picantes riquísimas, 2° carrillada y bacalao a la miel los cuales están cocinados con amor y son unas raciones más que generosas. Y de postre el flan de huevo y el arroz con leche el cual era sencillamente perfecto. Para mí,no tiene nada que envidiar a una estrella Michelin. Espectacular sencillamente,cocina casera tradicional y con muchísimo amor. 100% recomendable
Demasiada comida
Salimos rodando, grandes raciones de comida casera y de calidad
El sitio está ligeramente poco accesible pero el que quiere ir, no le importa. El ambiente dentro del local siempre agradable, siempre está lleno, y por algo será.
Tiene terrazas para tomar algo al fresco y un gran espacio interior para picoteo aparte de los 2 comedores bastante amplios.
Si que quizá se echa en falta algo más de personal, se ve un poco agobiado al chico que atiende las mesas del restaurante. Aún así el chaval se da maña para intentar tenerlo todo al hilo
Bar/restaurante perteneciente al los bungalows turísticos que hay en lo alto de Villanueva, a los cuales se accede por la cuesta que hay justo al pasar la gasolinera a mano izquierda (yendo desde Logroño), hay algún indicador pero pequeño y solo lo ves cuando ya lo tienes al lado, por lo tanto es fácil pasárselo y tener que dar la vuelta kms arriba. Hay aparcamiento arriba aunque tampoco para muchos coches.
Menú de fin de semana a 18 euros (20 si pedías codillo/paletilla o cachopo que es para dos), asequible y más que correcto hoy en día y más siendo finde.
4/5 primeros, otros 4/5 segundos y 3/4 postres. Todos los platos pintaban bien pero me decidí por ensalada templada de piquillos y queso de cabra (bien pero quizás algun ingredientes más estaría mejor), y un delicioso bacalao con cebolla confitada y miel que puede que sea de los mejores que he probado. La paletilla, carrilleras y espárragos estaban también buenos, o eso me dijeron, aunque quizás dos espárragos sea escaso como ración...
La tarta de queso muy rica también, pero también ración demasiado pequeña.
El entorno es precioso y las cabañas y bar de madera acogedores, pero se echa en falta aire acondicionado ya que ese día hacía muchísimo calor fuera y también dentro. Es la única queja.
Volveremos en otoño/invierno para probar ese cachopo con roquefort.
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