Buscábamos un buen restaurante de carne, y dejándonos llevar por las buenas críticas llegamos al Indecente. Pensábamos qué sería un restaurante más donde hacen carnes pero desde el lugar, su ambiente, su comida, su profesionalidad y su cercanía nos sorprendió. Probamos el chuletón premium y era una delicia se deshacía en la boca con un sabor intenso y una presentación exquisita, acompañado de verduras que también estaban buenísimas. Si quieres comer buena carne es tu sitio. Destacar también el canelón de trufa y sobretodo el pastel casero de queso que no es como los demás, solo con su presentación, la variedad de gustos que les acompañan y la cremosidad del pastel nos dejo sin palabras. Si vas a vielha no puedes irte sin probar este restaurante.
Si vais a Viella, o estáis de paso, no dejéis de hacer una parada en el Restaurante Indecente.
Todo lo que probamos estaba a otro nivel, tanto la cocina de productos más tradicionales, como la exótica. La elaboración exquisita, la presentación una maravilla.
El trato de José Mari, el dueño, cercano, afable y divertido.
El local, en mi opinión, encantador, casi kitsch, y es que acoge objetos del "universo mundo".
Todo es para gustos, claro y este restaurante es "muy al mío".
Quien sea de "cebarse hasta las trancas", por dos cuartos, en un bufé libre, que pase de largo.
Quien quiera "mimarse" un poco, adelante.
Hemos cenado canelón de trufa con foia y un costillar de cerdo ibérico con verduritas a la brasa y de postre una increíble tarta de queso que me dejo patidifuso . Servicio y calidad excelente , sin duda un viaje a la gastronomía increíble
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