Las pizzas están muy buenas. Servicio atento y amable. El sitio acogedor. Muy recomendable. A mis hijos les ha encantado.
Sitio recomendado en pleno centro de Vic. En general todo estuvo bien, el servicio, la comida, quizás podría ser más económico, pero desde luego está genial para ir con alguien a comer o cenar.👍
Comí en plena feria medieval y tenía miedo de que fuera un desastre, pero para nada.
Tienen dos comedores, uno en cada piso, personalmente el de abajo tiene el baño justo en la entrada y cuando se abre la puerta y pasas por allí sale todo el olor de baño, lo que hace que la entrada sea un poco fea, creo que eso es un problema de distribución y de ambientación del baño.
El comedor es tranquilo, amplio y esta decorado con sencillez, pero es maravilloso.
Las bravas son exquisitas, y las pizzas otro nivel, quedamos encantados con la calidad de producto.
Por comentar algo, decir que el personal es MUY despistado, en el sentido de que todo el tiempo están llevando platos que no son a las mesas, por ejemplo: nuestras bravas las llevaban 3 mesas para atrás, nos traían hamburguesas que iban dos mesas más a la izquierda, a la mesa de al lado le llevaban unas ensaladas que eran para una mesa de la entrada...
Teníamos que ir diciendo al personal: perdona esto va aquí! Perdona, esto no es mío... Etc.
También nos trajeron las bebidas (agua) y nos las dejaron cerradas y sin personal cerca para pedir que las abrieran...
Las camareras también se liaban mucho cuando pedíamos las cosas, pues teníamos que repetir hasta 4 veces lo que queríamos porque no entendían bien sus propios platos, decir "lasaña empordanesa" y la camarera decir "vale, una ensalada", repetir "nono, lasaña empordanesa" y la camarera de nuevo "si perdón, unos macarrones boloñesa"...
Se puede entender que quizá es personal nuevo, pero hace falta algún veterano allí para controlar la situación.
Por el resto todo fue maravilloso.
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