Jose Ramon Sanchez Uriarte
+5
un establecimiento muy agradable ponen tapas a elegir un matrimonio muy majo el que lo lleva
A pocos metros de la céntrica y peatonal calle de Santiago, torciendo por Zúñiga, atisbarán si se fijan, un pequeño letrero de madera, anclado en la pared, cuyo texto indica que se trata de una bodeguilla desde 1987. Realmente el ambiente, por su construcción e imagen, nos lleva a la típica bodega de siglos atrás. Para nosotros ha representado un salvavidas, en pleno centro de ciudad en Agosto y con temperaturas altísimas. Porque además de su imagen, la climatización interior nos mantuvo frescos. Los bocaditos típicos de bonito, sé que no tienen mucho secreto (posiblemente sea la materia prima) porque aunque parezca mentira, algo tan sencillo era realmente delicioso. Y la trenza real, pues eso, digna de la realeza. Pero lo mejor, no fue ni la comida, ni el local. Lo mejor fue la amabilidad y hospitalidad de Roberto. Todo junto y mezclado, hace que una pequeñita bodeguilla, se convierta en una pequeña gran tasca.
Bien Comío y Bien Bebío
+5
Pequeña y agradable bodega para tomar un vino junto con un pequeño bocadillo de diferentes sabores!
Muy recomendable!
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