El lugar desde fuera parece un bar cualquiera.
La estética por dentro es tipo italiano clásico.
Pero la atención es de lo mejor que he visto en mi vida, el dueño es una persona que sabe como tratar a los clientes.
La comida casera, pizzas al horno de leña, carbonara original, y no es caro.
volveré sin duda.
Gracias por todo.
Cuando hemos llegado estaba totalmente vacío y desde fuera la verdad es que no atrae mucho el local, pero en este caso las apariencias engañan.
Hemos pedido la lasaña de carne y un par de pizzas, y la verdad es que todo estaba más que delicioso y natural.
El trato ha sido amable y rápido, aunque teniendo en cuenta que éramos los únicos clientes es normal.
El punto negativo es que no llama la atención el local desde fuera, pero sin duda merece la pena probarlo ya que la comida es de 10.
Restaurante pequeño y familiar con una cocina italiana espectacular.
Pedimos cuatro pizzas para compartir y de entrantes el pan de ajo, el provolone y la pasta rellena y gratinada.
De postre helado de chocolate.
Excelentísima relación calidad precio.
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