Las crepes muy buenas (mucha variedad) y los postres también. El personal muy atento y amable. La decoración del local muy bonita. 100% recomendable.
Restaurante especializado en crepes. Y la verdad es que las hacen MUY bien: extremadamente finas, crujientes, doraditas y con multitud de ingredientes. Lo cierto es que no sabrás qué pedir porque te las comerías todas. Y con las dulces tres cuartos de lo mismo. También tienen tapas, ensaladas y torradas. Servicio atento, amable y rápido. Local acogedor y elegante (no lo parece desde fuera). Precio medio 20-25 euros por persona: bravas para compartir, crepe, ensalada, crepe de postre y sidra, 42 euros. Si quieres comerte una crepe excelente (de las mejores que recuerdo), es tu lugar.
Fuimos a la crepería después de leer algunas buenas críticas y la experiencia no nos defraudó. Al llegar nos sentamos fuera para disfrutar de las vistas del valle, aunque nos sorprendió la preciosa decoración interior de madera hecha a mano.
En la carta no hay primeros y segundos típicos, hay ensaladas (ventresca, salmón...) y algún primero especial para combinar con los creps. De todo lo que pedimos destacó la sopa de melón, diferente y fresco, con un ligero toque de menta, que al añadir la rodaja de jamón serrano al horno crea una combinación especial. Un plato 100% recomendable. Hay una enorme variedad de creps, clásicos y novedosos. Nos encantó la crep Chiquita, con setas de la zona, huevo frito y el toqué mágico de polvo de trufa por encima. De postre tienen una carta de helados artesanales muy destacables, sobre todo el de limón con leche de cabra y romero: espectacular.
A la buena carta se le suma una atención excelente y un precio correcto: entrante, crep, postre, bebida y café por 22€ por cabeza.
No hay mejor lugar en Boí para comer.
An error has occurred! Please try again in a few minutes