Es jueves y hay mercado en la calle, por lo que el bar está a tope.
Vamos a comer tarde, pasadas las tres. Nos atienden perfectamente, cogemos una mesa en medio del bar y los tres camareros pasan por nuestro lado a cada rato ya que estamos cerca del pase.
Te cantan el menú del día aunque también está escrito en la pared con el precio, 11 €
Hay tres o cuatro platos de primero y también de segundo pero más variedad con el postre.
Según se van acabando los platos, te lo van comunicando.
El servicio es muy rápido. Nada más sentarte en la mesa te traen los casos y las olivas, enseguida te traen las bebidas y un poquitín después te traen los primeros.
Los camareros hablan en voz alta controlando todo el servicio.
A mí me resultó una experiencia increíble, me encantó. Todo muy normal y natural, como son ellos. El producto es fresco y la comida hecha con amor. Recetas de toda la vida, riquísimas.
Los cafés muy bien hechos y servidos. Repetiría.
Muy buena atención por parte del camarero que nos atendió. Un señor muy atento y agradable.
La comida muy rica, precios normales.
Dispone de terraza en donde se está muy agusto.
Lo que no nos gustó, es que muchos clientes no llevan la mascarilla puesta.
Los bocatas buenísimos, con el pan a la plan cha, la tapas lo mismo, un bar restaurante para ir de tapeo, también tienen un menú muy bueno, arroces y pescado, delante del mercado del cabañal, un bar restaurante con una larga tradición, vale la pena pasarse por aquí, disfrutarás....
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