Fuimos a mitad tarde, antes de entrar al concierto del Palacio de Congresos. No había mucha gente aún. Luego, sobre las 20h, sí se llenó. Nos pedimos unas lágrimas de pollo que estaban un poquito secas por dentro pero el rebozado bien crujiente. Unas bravas que estaban brutales y son una ración muy muy generosa. Un par de cervezas y listo. Pides en caja, pagas, te dan un zumbador que te avisa de cuando tu pedido está listo. Salió rápido. Lo recoges y a disfrutar.
Los camareros muy majos y atentos. Un sitio de picoteo guay y barato. Ambiente juvenil y distendido.
Nota: para los que vengan en coche, aparcar por la zona te cuesta un rato. (Eso ya no es cosa del bar) 😊
Sitio muy acogedor y con excelente servicio. Platos bien elaborados, rápidos y de muy buen sabor.
Excelente relación precio/beneficio.
Super recomendada la milanesa. Las batatas bravas muy bien elaboradas y el alioli casero brutal.
¡Experiencia increíble! ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️. La comida es exquisita, con una calidad inigualable y precios justos. Lo mejor es que son muy amables con las mascotas; ¡nuestro perrito recibió un trato de primera! Le ofrecieron agua fresca y un bocado. ¡Repetiremos sin dudarlo!"
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