Descubrimos Angus, gracias a ir en búsqueda de probar nuevas hamburguesas. Aprovechamos los partidos para probar burgers que ahora están de moda. A veces los horarios son difíciles de cuadrar para poder cenar o comer a tiempo. Encontramos Angus porque estaba abierto pronto por la tarde y quedaba bastante cerca de Mestalla. La verdad que fuimos por la burger al ver la carta y la foto, pero llegados ese día, coincidía con mi cumple, y pedimos algo más especial, solo el peque se pidió burger que tenía pintaza y dejó vacío el plato, burger angus. Y nosotros nos pedimos de entrante unos nachos y una ensalada cesar, los que también dejamos los platos limpios jeje, que eran totopos bien hechos, y luego nos pedimos para compartir una carne Iron de corte chileno, que nos explicaron, y como no lo habíamos probado, eso elegimos. Todo un acierto también, estaba todo muy bueno, al punto cómo pedimos y un sabor increíble. Luego el postre de la bomba de chocolate blanco... se nos quedó corto porque era algo diferente también. Los precios los que hoy en día te puedes encontrar en un sitio así, producto, calidad y amabilidad, toda una combinación que la experiencia fue para repetir y que algún día seguro que volvemos. Y cuando pasan estas cosas.... nada parece caro, si lo disfrutas bien. El chico que nos atendió era el hijo del cocinero, a la vez, dueños, y fue súper simpático y amable, explicando todo y aconsejándonos.