Bueno , este es el tipico sitio donde celebrar algo en familia en verano y que los niños lo pasen bien.
Comida nada del otro mundo pero bien hecha. El pollo la verdad es que esta muy bueno , y las brasas tambien. Muy correcto todo.
El servicio bien pero muy justito si se llena demasiado.
Parking enorme , puesto que hay una buena explanada , donde , curiosamente , hay una exposición muy chula de antiguas carretas del oeste y un coche de policia americano.
El pollo asado está increíble, sobre todo el sabor de la piel y su salsita. El restaurante tiene variedad de comidas y es perfecto para ir con niños, tienen una enorme zona para que jueguen con muchos tipos de juguetes, incluidos correpasillos, pelotas... Lo único que no recomiendo es el café.
No se puede pedir más, el camarero ignacio super atento, simpático i servicial,
Pedimos alitas pollo y croquetas que estava buenísimas y caseras
Vale la pena venir solo por trato. Y también la comida claro
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