Después de una parada “técnica” resulta que descubrimos el mejor café de la isla. Sumo deleite para quiénes lo tomamos “corto” y sin azúcar. Valdrá la pena venir a comer otro día para degustarlo como postre. El propietario demuestra ser un buen profesional de la hostelería. Felicidades.
Siempre he pasado de largo, pero me llevé una gran sorpresa al parar aquí. La señorita que me atendió muy amablemente me recomendó la carne de cabra al estilo de la casa. Muy bien hecha, un estilo de ragout, sencillamente maravillosa. Recomiendo este sitio para degustar este manjar.
Un lugar maravilloso para comer fuera de las pizzerias y hamburgueserias de la isla. El trato es cordial y amable. La comida, casera, hecha con gusto. La zona, algo alejada xo vale la pena el camino x las vistas y el paseo agradable. Una experiencia fantastica
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