Después de hacer la senda del oso en bicicleta, pedimos para comer aquí. Eran las 16h, y aún así nos dejaron sentarnos sin problema. Se agradece el esfuerzo.
Los calamares y el pulpo buenísimos y bien de precio.
Los postres caseros, muy buenos.
Por poner un pero, en la terraza estás a medio metro de la carretera y los coches pasan rápido muy cerca. Mejor comer dentro.
Recomendable.
Nos hicieron un hueco cuando habíamos llegado sin reserva y estaban a tope Desde el primer momento se notaba que saben lo qué hacen en cuanto a hostelería se refiere. Pedimos pulpo, cachelos y mejillones. Todo buenísimo. Tuvimos un trato genial, me manché el pantalón con la salsa y me facilitaron productos para intentar sacar la mancha, fueron muy amables.
Restaurante muy recomendable si estás por allí.
Me quedé con ganas de probar más cosas.
No defrauda.. Pidas lo que pidas todos está tremendo.. Casero y hecho con mucho mimo..
Local familiar en el que la cocinera es la madre y la camarera la hija. Ambas súper atentas y amables.
Volveré siempre que pueda.
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