Es un buen sitio para ir a tomar el postre en un ambiente agradable con buen servicio y comida. Tienen una carta amplia y variada. El helado de limón buenísimo y la fondie de chocolate para dos personas viene muy bien servida
El ambiente siempre es muy acogedor porque la casa antigua y su decoración vintage, contribuyen a ello. Y el servicio muy amable y rápido, pese a estar bastante concurrida la tarde.
En esta ocasión, probamos un strudel de cereza que estaba muy bueno y un crêpe de masa fresca, hecho sobre la marcha, simplemente exquisito.
En cuanto al chocolate blanco lo recordaba mejor presentado. Eché de menos ese detalle. Y el café con leche podría haber sido mayor y más cremoso.
Pero todo muy bien, simples preferencias.
Excelente sitio, tanto por la casita antigua dónde se encuentra la cafetería, como sus deliciosos dulces y bebidas. He ido varias veces y siempre me ha encantado lo que he comido, además de la buena atención recibida de los camarer@s. Los precios están bien teniendo en cuenta que todo lo hacen ellos, nada industrial.
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