La ermita de san Baudelio está ubicada en una zona completamente aislada. Se llega por la carretera comarcal So-152. Entre las poblaciones de Casillas de Berlanga y Caltojar hay un desvío bien señalizado que después de unos 800 metros lleva a la ermita donde acaba este camino.
La apariencia externa de la ermita no presenta interés alguno. Sin embargo, en su interior albergaba algunas de las pinturas más importantes del arte prerrománico de Europa.
La ermita fue declarada Monumento Histórico en 1917. Sin embargo, entre 1922 y 1926 se produjo un importante expolio de gran parte de sus pinturas. Un marchante de arte compró algunas de estas pinturas ofreciendo una gran cantidad de dinero a los vecinos de Casillas de Berlanga, que utilizaban la ermita como almacén y cuadra. Tras la desamortización de Mendizábal en 1836 la ermita pasó a ser propiedad de varias familias del pueblo. Hoy día, algunas de estas pinturas se encuentran en el museo del Prado de Madrid, aunque la mayor parte están repartidas por varios museos de Estados Unidos. Hay que tener en cuenta que, actualmente, en la ermita solo se pueden ver una parte de aquellas pinturas murales. Aún así, merece la pena verlas.
La ermita se debió construir a lo largo del siglo XI tras la reconquista cristiana de las tierras situadas al sur del Duero. Se levantó sobre una pequeña cueva que debió servir de alojamiento a un eremita, erigiéndose un pequeño monasterio fundado por mozárabes que escaparon de tierras musulmanas. Este cenobio se abandonó a finales del siglo XIII, quedando únicamente esta pequeña ermita. Esto explicaría la influencia árabe de las pinturas y la arquitectura de su interior.
Los muros tienen un aspecto sobrio y austero, formados con pequeños sillares toscamente labrados. El acceso principal a la ermita se hace a través de una puerta de arco de herradura.
El edificio tiene planta rectangular dividido en dos módulos cuadrados. El más pequeño es un ábside a modo de altar, al que se accede por unos escalones, separado del módulo principal por un arco de herradura de estilo califal.
En la nave principal destaca la gran columna cilíndrica que se levanta en el centro y de la que parten ocho arcos de piedra, como si fuesen las ramas de una palmera. Estos arcos descansan sobre ménsulas situadas en las esquinas y en los centros de los muros de la nave. Con esta única columna solucionaron el problema de la sujeción de una bóveda de piedra, que, además, dejaba un espacio amplio en una nave de pequeñas dimensiones.
En la parte superior de la columna se abre un pequeño habitáculo entre los arcos que parten del pilar y que está cubierto por una bóveda de crucería de estilo islámico. Desde la base de la iglesia es muy difícil ver bien esta oquedad, en lo alto de la columna. El significado de esta cámara secreta se desconoce, aunque se supone que hubiera podido servir para guardar alguna reliquia, ser el lugar de retiro de un eremita o, incluso, que hubiera servido para realizar algún tipo de ritual religioso o esotérico.
A los pies de la nave hay una tribuna sustentada por un conjunto de pequeñas columnas con arcos de herradura, que forman un "bosque" de columnas. Al final de estas columnillas se puede ver la gruta natural que es el punto de origen de la ermita. Esta tribuna tiene una gran similitud con las naves de una mezquita califal, lo que acentúa el hecho de que fueran mozárabes los que fundaran esta ermita.
Aunque la mayor riqueza artística de san Baudelio reside en los frescos que cubrían completamente el interior de sus muros y columnas. Estas pinturas son posteriores al edificio realizándose entre los siglos XII y XIII.
En la parte inferior las pinturas tienen una temática profana: formas geométricas, escenas de caza y de animales exóticos, algunos de ellos desconocidos para la mayoría de la gente de esa época.
En su parte superior las pinturas son de temática religiosa, sobre acontecimientos de la vida de Jesucristo, con una mayor complejidad pictórica.
La entrada es gratuita de martes- domingo de 10-14 y 16-18 horas.
Maria Jesús Sanz Laguens
+5
Una curiosa ermita en la que sí miras a la derecha parece de inspiración islámica y hacia la izquierda un altar cristiano. También la forma exterior es peculiar, un cubo sin ábsides, un aspecto moderno. Lástima que se llevaran las pinturas. Merece la pena parar a verla. La visita es gratuita con horario de apertura
Excelente románico y además se conservan parte de las pinturas. Mención especial a la encargada de la ermita por abrirnos fuera de la hora de cierre. Gracias 🙂
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