Conocimos el kiosko de casualidad, y ahora ya es una visita obligada en la zona!! La cocina es casera y eso se nota desde el minuto 1. Manu, el camarero, nos recomendó la tortilla de patatas, recién hecha, la probamos y nos encantó. Intentamos repetir pero ya había volado entera... Después pedimos pinchos morunos (también caseros) y el churrasco de cerdo que suele estar fuera de carta, buenísimo y muy grande. De postre tarta de Toblerone (SIN GLUTEN) buenísima!!! El broche final fueron unas copas, primeras marcas a muy buen precio.
Volveremos sin duda, tenemos que probar la paella de los domingos y los guisos de la casa. La atención del camarero y el ambiente espectacular para ir con amigos!
Es un lugar perfecto para comer con la familia y amigos, tiene zonas y parques infantiles para que tus hijos jueguen mientras disfrutas de una buena comida casera. Nunca había estado por allí y la verdad es que me sorprendió, lo recomiendo 100%, para repetir!!
Sitio muy acogedor dentro del parque, pero se lo puede ascender desde fuera. Con vistas a las fuentes del parque, totalmente relaja te y tranquilo. El servicio muy simpático y agradable. El café muy rico.
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