Quedamos para unas tapas improvisadas por zona y decidimos ir a este lugar que hasta el momento siempre que he ido ha sido un acierto.
No muy grande en su interior, calculo que no hay más de ocho mesas y con una terraza agradable, en época invernal no muy grande al estar cubierta, pero en verano es más amplia y se está genial.
Tiene una carta extensa y variada, de cocina típica de la restauración sevillana.
Pedimos todo para compartir, comenzamos con una ensaladilla, estaba buena, aunque no destacable. Seguimos con unas croquetas variadas, doradas, con algo crujientes y cremosas en su interior, de sabor buenas, nos gustaron bastante, sobre todo la de puchero. Para ser perfectas les faltaban un punto más crujiente a la cobertura.
Para finalizar pedimos una ración de presa que estaba realmente espectacular. El sabor y terneza de carne era de diez y su cocinado perfecto. Nos encantó y para mí se ha convertido en un obligado cuando pase por allí.
Lo comentado con varias rondas de bebidas ascendió a 62.30€. Relación calidad/precio correcta.
Recomendable 100%
Tapas con cantidad y la relación calidad precio es bastante buena.
Si vais entre semana está súper tranquilo.
Todo muy muy sabroso. Servicio rápido y amable. Repetiremos! Recomiendo!
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