Es un establecimiento que pertenece a una cadena. Hay otras dos más en la ciudad, una en Recaredo y otra en la estación de Santa Justa. Fuimos dos personas y pedimos una tostada entera con jamón y una media integral con tomate triturado y pavo. El desayuno estaba muy bueno. El pan es ligero y esponjoso. La media tostada es un pan pequeño, no la mitad de una tostada entera. Además, me pusieron bastante tomate triturado, cosa que agradezco. También funciona como panadería y pastelería, tanto para llevar cómo consumir allí. Dejo fotos del mostrador. El café también estaba bastante bueno. La puntuación se la doy porque tuve que llamar varias veces a la camarera para que limpiara la mesa de los platos y tazas que habían dejado las personas que antes de mí desayunaron allí. Cuando me levanté para dejar yo misma los platos y tazas, me dijo de forma brusca que ya lo hacía ella. Además, tardaron mucho tiempo en servirnos las tostadas y los cafés… casi una hora. Otras mesas que pidieron más tarde, fueron servidas antes. Por otra parte, la decoración del local es monísima, muy actual. Un local acogedor, que invita a quedarse un buen rato charlado, leyendo o trabajando con el portátil. También tienen terraza exterior con mesas bajas en la acera. Por último, los precios son bastante competitivos. Pagamos ni 8€ por los dos desayunos. Como ya digo, la única incidencia fue el servicio en sala. Creo que debo darles una segunda oportunidad…

En mi caso, fue una merienda. Él sitios tiene un ambiente muy tranquilo y es ideal para merendar con una charla relajada con tus amigas. La merienda sale a unos 6 euros por cabeza y las bebidas (cafés, batidos, etc) son de buen tamaño. Todos los dulces que pedimos estaban bastante buenos y con sabor. Casi todo es bollería, no hay q penas tartas. Los batidos no los probamos pero tenían buena pinta. Tiene terraza. La zona para aparcar es complicada en horas punta. Repetiría!