Establecimiento fundado en 1913, ubicado en el casco antiguo de Sevilla, con unas mesas altas en el exterior y un salón interior que conserva su encanto. Tiene una carta no muy amplia en la que encontramos chacinas, tapas frías y calientes y montaditos; también nos ofrecen plato del día. Nosotros acudimos para tomar un tapeo y nos decidimos por tres montaditos de pringá y dos chorizos al infierno; con un tinto de verano y una botella de agua, la cuenta sumó 19,50 € para tres comensales. Nos gustó mucho; sitio con mucho encanto, la comida muy buena, precios muy razonables y fantástica atención, así que no dudo en recomendarlo.
Buenaaaas
Me atendió Antonio, fue muy agradable y seguí sus recomendaciones, el lugar es mágico, música típica, es un lugar que permite conocer y acercarse a la cultura y sus platos.
La comida es increíble, las tapas abundantes y de mucha calidad.
El plato de la foto es una Carrillada
Una de las tabernas más antiguas de Sevilla que mantiene las instalaciones originales. Patatas aliñadas y chicharrones muy recomendables. No escatiman en picos y pan. El queso duro, insípido y muy caro. Vino de supermercado.
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