Uno de mis bares favoritos al que yo voy a desayunar. El mollete es perfecto y me encanta el tomate triturado aquí. El zumo de naranja es muy bueno pero el café no me flipo.
Un auténtico bar de toda la vida, lo que incluye un café mucho más fuerte y amargo de lo que me gusta y unas tostadas con tomate grandes y muy bien hechas.
Una oferta escasa de comida pero muy bien elaborada y a buen precio.
El servicio agradable y muy rápido, ideal para tomar un café cuando va de paso o para sentarse en una mesa a charlar con amigos.
Buscábamos un sitio para desayunar y nos sorprendió en todos los aspectos. El local no es muy grande pero suficiente oara tener tanto mesas fuera, como dentro. Éramos un grupo grande, pero aún así pudimos estar dentro y comer muy agusto. El servicio fue muy atento y ágil, además a pesar de que no tienen productos sin gluten, si te traes el tuyo te lo tostan y sirven con sus ingredientes. El mollete es muy económico y la recomendación es con Lomo blanco, con Pringá o carne mechá. Los cafés también estaban muy buenos. Con bebidas y bocata, nos ha costado a menos de 3 euros por persona, increible! Muy recomendable!!
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