El sitio es definitivamente espectacular , la atención es muy buena también y la comida está increíble , precio algo elevado, pero entiendo que al final también pagas el sitio. Merece la pena ir.
Los arroces están todos muy sabrosos y el jamón está exquisito y te lo cortan al momento.
En la parte del balcón tome unas copas con muy buenas vistas y a un precio muy bueno.
Un ambiente excepcionalmente agradable, complementado por una decoración de primera clase que captura la atención desde el momento en que uno entra. El servicio de mesa destaca por su eficiencia y cortesía, creando una experiencia acogedora y atenta para los comensales. En cuanto a la comida, esta sobresale por su calidad, especialmente los arroces, cada plato servido demuestra una meticulosa atención al detalle, desde la selección de los ingredientes hasta la presentación final, asegurando una experiencia culinaria memorable. La armonía entre el ambiente, el servicio y la comida hacen de este lugar una opción predilecta para quienes buscan disfrutar de una experiencia gastronómica de buen nivel en un sitio de moda.
Comida para dos en este restaurante con terraza y vistas a la Torre del Oro. La renovación le ha sentado genial, es un lugar agradable, me ha encantado la decoración. Nuestro camarero ha sido muy amable y simpático. Sobre la comida, no es una carta muy elaborada pero si de buen producto. Pedimos los buñuelos de queso en media ración, traen tres unidades, una cuarta no hubiera estado mal; ricos, crujientes y cremosos. La media ración de ensaladilla clásica llevaba atún en conserva encima, estaba sabrosa. Los principales fueron mini hamburguesas de picaña de vaca en brioche y guarnición de patatas que pagas aparte, la carne estaba en su punto y llenan más de lo que parecen. El entrecot de lomo bajo de vaca madurado a la parrilla al punto+ cómo pedí estaba suave, blando, jugoso y muy gustoso, es muy buena carne, las patatas fritas por supuesto se pagan por separado, creo que por lo que pagas podían incluirlas, la verdad. Para el postre pedimos la tarta de chocolate y praliné de avellanas, es una tarta fundente de horno con un sabor a chocolate y avellanas que se desace en la boca, sin ningúna otra distracción ni decoración en el plato. Destacar los precios de los vinos que están muy bien. Un restaurante para una ocasión especial con vistas desde su terraza, sabes que vas a comer bien aunque lo vayas a pagar, pero no vienes para probar cosas nuevas ni sorprendentes. De todos modos volveremos.
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