Fuimos a cenar en nuestro primer día en Santander reservando previamente, los camareros muy amables y nosotros sin expectativas, pedimos la sidra y una botella de gaseosa, la sidra es muy buena pero a nosotros nos gusta un poco más suave. Pedimos de entrante el tomate con el aliño de la casa.. que decir, una delicia y nos quedamos con ganas de probar el bonito de Santoña junto al tomate. Para cenar pedimos el entrecot y el chico nos dijo que el peso variaba, al final fueron unos 1,2kg, nos lo trajeron bastante rápido junto a unas patatas fritas caseras y dos pimientos del piquillo y empezamos a cenar, la carne estaba muy buena, jugosa y de muy buena calidad, para acabar nos pedimos la tarta de queso, para nuestro gusto estaba bastante cremosa, pero merece la pena probarla ya que está deliciosa, la cena costó 72,40€ con la sidra, gaseosa y el pan. Sinceramente nos gusto el sitio, como nos atendieron y los precios, así que queríamos volver, es un sitio bastante familiar y acogedor, nos sentimos como en casa. A los dos días volvimos para comer y el chico que atendía nos reconoció, nos pudimos sentar y vimos el menú del día.. 23€(por persona) pero lo mejor de todo es que todo lo bueno entra en el menú, así que pedimos el tomate con aliño y bonito de santoña, buenísimo, y como lo preparan!! Las croquetas de jamón caseras estaban bestiales, sinceramente hasta el día de hoy no creo que había comido croquetas caseras… en Valencia hay pocos sitios donde las hagan y ni de cerca como estas, de segundo pedimos chipirones que estaban muy buenos, muy diferentes a lo que te encuentras por allí y servidos con alioli casero que por cierto estaba muy rico. El camarero muy majo al ser un día lluvioso y hacer frío nos ofrece sopa de ajo con champiñones, vaya sopa… estaba muy buena y habíamos llegado de estar mojados enteros por la lluvia, para mi fue lo mejor del día. Finalmente rematamos con el entrecot con patatas y pimientos del piquillo, estuvo muy bueno y volví a repetir las sensaciones del primer día. Por último nos pedimos los postres que nos faltaban por probar, tarta pasiega que tenia como un sobao o bizcocho muy bueno y arriba un tipo de flan, es un invento de la casa, pruébalo.. porque está de muerte, y por último el tiramisú, muy diferente a lo que puedas probar por allí, con la misma base que la tarta pasiega pero con un buen tiramisú y chocolate rayado fino en la parte de arriba. Solo puedo decir un 10 para la gente que trabaja aqui, hemos disfrutado comiendo como nunca y el precio es muy bueno, una vez más gracias por atendernos tan bien y gracias por existir, ojalá volver a poder comer en vuestro restaurante!