Fuimos 4 personas y nos encantó. La comida está buenísima, puedes añadir picante al gusto, aunque hay platos que pican ya mucho (te lo avisan en la carta)
La camarera que nos atendió muy atenta. Nos trajo leche para suavizar/quitar el picor de la boca.
Comedor pequeño, con una decoración mut original.
Repetiremos sin duda
Marcos García Rodríguez
+5
La comida estaba buenísima, y había gran variedad, además podías elegir el picante que quisieras (había uno con pinta de levantar a los muertos).
El camarero era muy agradable y atento, y tanto el sitio como la carta estaban genial (era muy original como explicaban cada plato, yo me eche unas risas).
Tenían un montacargas por el que bajaba la comida que era muy curioso.
En resumen, fui con mi chica y ambos salimos muy contentos, sin duda volveremos si venimos a Santander.
Empezando por el ambiente, pasando por el trato humano y terminando por la comida este sitio es MUY recomendable en todos los aspectos.
En la carta te encuentras con bastante variedad y todo lo que probamos estaba muy bueno. Las patatas Quebec las tienes que pedir sí o sí.
El picante, además de indicarse en la carta, siempre puedes preguntar para reducir o aumentar con salsas adicionales (quién se vea preparado porque pica de verdad).
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