Excelentes bocartes, anchoas y calamares.
La carne y el pargo de anzuelo... espectaculares.
Los postres deliciosos, tarta de chocolate, leche frita.
Servicio excelente.
Un clásico muy recomendable.
Cena en barra para 4, más que recomendado si no has reservado o si tú intención es picar algo.
Si no me equivoco, la carta es la misma que en sala, lo único que cambia es la comodidad.
Bastantes platos fuera de carta, lo que siempre se agradece.
Pedimos varios platos para compartir, destacando las albóndigas de machote y los bocartes rebozados (llevo comiéndolos toda mi vida puede que sean los mejores que he probado). También me gusto mucho la lubina marinada.
La atención de 10, local abarrotado y el trato sigue siendo excepcional.
En cuanto a los precios, nada desorbitado, similares a cualquier otro restaurante de este tipo, pero aquí te aseguras la calidad.
Para mí es el mejor restaurante de Santander. Tienen unos pescados y mariscos de primerísima calidad. El servicio es excelente. Recomiendo la ensalada de bogavante y el bonito con tomate (solo en temporada) y cualquier pescado o marisco de los que ofrecen. También hay buenas carnes pero lo fuerte es el pescado.
Enrique Rodriguez-Porrero Miret
+5
Genial sitio con solera y la mejor cocina posible.
Ya he estado 3 veces y aunque no me he "sentado" a comer o cenar, he disfrutado de un servicio inmejorable y de la increíble cocina en la barra cómodamente sentado en los taburetes que existen. De hecho, casi me gusta más.
Cómo digo, he estado cenando y comiendo pero sobre todo disfrutando de su excelente cocina y buen servicio.
La lechuga con cebolla, los bocartes abiertos como debe ser, la piparras, los calamares encebollados, rabas, entrecot, pastel de cabracho y espectaculares alcachofas rellenas de centolla.
Toda la cocina a la antigua usanza, bien cocinadas, con mimo, con criterio y también, con inmejorables ingredientes de la tierra.
Si estás por Santander, es un lugar imprescindible para conocer.
Yo he tenido suerte y siempre he podido tener hueco en la barra pero si quieres ir seguro, reserva antes.
El servicio ágil, simpático, absolutamente profesional y solícito en la barra.
Muy recomendable.
No puedo decir que es una joya escondida porque es bien sabido que es un lugar espectacular por la comida, la solera, la atención el ambiente y todo lo que quieras buscar.
Pedimos medias raciones porque son MUY generosas todas.
Una preparación de mesa en barra con mantel te tela y unas servilletas de hilo con las que da gusto limpiarse. Además con la bombilla !!
El camarero un profesional de los pies a la cabeza, atento a todo lo que necesitábamos.
Tomamos rabas, alcachofas rellenas de centolla y ensaladilla.
Sin duda hasta ahora lo mejor de la zona.
Si hubiera más estrellas, se las merecían.
Templo del producto en Santander. Primera experiencia irrepetible en sala con un producto y atención exquisitos. Parada obligatoria a partir de ahora. Recomendable reservar con antelación! Enhorabuena
Luis María Ruiz del Portal Lázaro
+5
En mi opinión, la mejor barra de Cantabria. El pudding de cabracho y el revuelto de erizos una locura. El vino de la casa, tanto el blanco como el tinto suelen estar muy buenos, manteniendo la sana costumbre de tener botellas tipo mágnum para el tinto. Esta vez, además de esos dos platos tomamos chipirones y solomillo, ambos extraordinarios. Merece la pena ir aunque solo sea para ver la excelencia en atención de barra del único camarero, que además de atender la barra atiende bebidas, café y postre del restaurante. Sugiero ir un día que sea de playa para estar más tranquilo. Imposible hacer la foto antes de probar ;)
Hemos ido a cenar, el local estaba lleno y nos han encontrado un sitio en la barra perfecto.
La atención de 10, la comida inmejorable y un ambiente acogedor.
Será una parada obligatoria para futuras veces!!!
Seguramente uno de los mejores restaurantes de Santander. Esta muy cerca del paseo. Los entrantes increíbles. Un tomate que sabe a 🍅. Las croquetas de gambas buenísimas como las albóndigas de machote. El Rodaballo de lujo. Personal atento. No es barato pero merece la pena un capricho
Uno de los imprescindibles en Santander.
En una de las mejores zonas de la ciudad. Bonito local con varias plantas y mucho encanto, siempre con buen ambiente, buena comida y un servicio excelente. Seguid sí muchas generaciones más! Volveremos siempre
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